Sinfonía Tetuán presentó el último documento fílmico antes del verano el pasado 11 de junio. No repasaremos el buen ambiente y el lleno que por momento tuvo el bar para ver las imágenes de una jornada entera del Bar de Benito resumidas en una hora de film-en-bruto, es decir, un montaje inicial que nos aproximó a lo que podía ser un retrato de este bar especial y su gente.
Que dejemos de visionar para entrar en el descanso del verano, no quiere decir que Sinfonía Tetuán deje de trabajar y menos aún de seguir con sus registros.
En la próximas semanas nos trasladaremos por fin al barrio con el estudio lo que nos permitirá una convivencia mayor como vecinos en la propia Ventilla hacia el resto del distrito.
En enero retomábamos el proyecto después de muchas dudas en el colectivo de Cine sin Autor y no teníamos más que incertidumbres y mucho ánimo para embarcarnos en un trabajo, ahora sí, de largo aliento.
Las expectativas fueron desbordadas realmente en estos primeros 6 meses de trabajo por la cantidad de gente que ha comenzado a formar parte de Sinfonía Tetuán, como colaboradores y colaboradoras, como asistentes a los visionados, como protagonistas de las secuencias o como simples contactos que nos sugirieron ideas.
Muchas cosas están en agenda para el verano y el arranque posterior del año escolar. Una agenda de propuestas de grabaciones que no para de crecer y de sitios de trabajos con los cuales empezar a caminar.
La Asociación Ventilla por supuesto, gran anfitriona y promotora de nuestra Sinfonía, pero también este último y curioso escenario del bar de Benito creemos que solo ha comenzado a dar sus frutos ya que la vida y la cordialidad que nos encontramos allí, trajo muchas conexiones nuevas y la posibilidad de que este sitio tan carismático se sume a los escenarios donde los y las vecinas puedan seguir visionando historias del propio barrio.
A eso se agregará el trabajo que está planteado iniciarse en octubre con el Centro de Adultos de Tetuán donde quizá comience un camino también particular hacia la creación de un posible Laboratorio Permanente de Cine sin Autor volcado también a que un grupo de su alumnado puedan convertirse en cronistas del barrio bajo nuestra forma de realización. Vamos a ver cómo avanzamos.
Planteamos estos tres escenarios de vida y organización social tan distintos como aquellos más evidentes que aparecieron o se consolidaron entre enero y junio de este año.
Pero es mucho más amplia la lista de personas individuales, contactos y proyectos que se abrieron durante este mismo tiempo. Poco tiempo, realmente.
A partir de ahora, posiblemente la manera en que planificaremos los rodajes serán de "un día de convivencia entero con las personas documentadas".
La lista de asuntos a grabar se amplía también así que tendremos que medir bien las energías.
La acumulación de secuencias realizadas y de material nos comienza a hacer plantear, para el año próximo, la primer edición de un DVD. Podría ser la primera experiencia de una nueva manera también de distribuir, vender y repartir los beneficios, aunque sean monetariamente simbólicos, tal como en el Cine sin Autor soñamos que sea: entre todos y cada uno y una de las personas que hayan aparecido en los documentos, en sus rodajes, en sus visionados. A ver como acercamos la utopía.
Pero hay más iniciativas que comenzaremos a activar a partir de ahora y que iremos comentando, sobre todo, por las calles, casas, bares, asociaciones y todos los lugares posibles del barrio. Más que en palabra escrita, el Cine sin Autor es esa sociocinematografía viva y caminante que nos convoca, nos hace encontrarnos y nos devuelve rasgos de nuestra vida en imágenes fílmicas para hacernos reaccionar ante nuestro entorno.
Gracias a todos y todas. Nos hemos regalado mucha vida en este tiempo. Pero sabemos que es apenas una muestra de la vida que nos daremos en el futuro.
Un fuerte abrazo.
